miércoles, 29 de diciembre de 2010

El comienzo

Se dibujaba la silueta de su cuerpo en la pared de la habitación, una sombra seductora y provocativa que de momentos bailaba en la penumbra de aquella alcoba de hotel. El pequeño minino jugaba con el cable de la luz, todo estaba en silencio. El teléfono sonó.

-¿Si?
-A las 7 tendrás visita, prepárate. Es joven, es su primera vez y asegúrate de ser cortés.
-De acuerdo.

La voz de Dorian rompió el silencio de la estancia y dibujo una sonrisa traviesa en los labios de Scarlet. Tomo del armario su mejor corsé y un deshabillé de seda roja, los dejo sobre la cama y encamino al lavabo para darse una ducha. Sintonizó la radio, una emisora local que emitía una música estilo charlestone y muy buen Blues. Dejó caer el albornoz bajo sus pies y zambulló aquel cuerpo de muñeca en la tina rebosante de espuma, burbujas y sales de baño.


La vida de Scarlet era sencilla, atrevida y ruda. después de haber estado estudiando en la Universidad de Barcelona. se hallaba sola y sin trabajo. Una noche conoció a una joven tímida, dulce y talentosa en la barra de un bar. Sola, bebía sola sin que nadie la acompañase; se acerco a ella y le preguntó si esperaba a alguien, ella respondió que no, que siempre acudía al bar a tomar algo ella sola y luego marchaba a casa, donde nadie la esperaba. Dorian era el nombre de aquella mujer, y 2 años más tarde, esta misma se convertiría en su "jefa"


Scarlet Trabajaba de especialista en un viejo hotel de Ramblas, por las noches cantaba en el bar del club que formaba parte del hotel "Hell Gates". Su trabajo consistía en hacer realidad las fantasías prohibidas de muchas jóvenes burguesas de Barcelona y alrededores, sus servicios eran muy demandados, tanto su voz, como su cuerpo y su ... Mágnum.

Solo aceptaba encargos de gente con "razones de peso" para ejecutar el pedido. Era una mercenaria con moral, cosa rara en la época. también era conocida como La magnifica en otros ámbitos... No, ella no era como otras mujeres que entregaban su cuerpo a cambio de dinero. Ella escogía a quien aceptaba, y por si fuese poco, pocas y raras veces, aceptaba hombres.

Salió del lavabo, seco su cuerpo con la toalla y peino su rojiza melena con cuidado profesional. después de vestirse, se acomodó en  la cama junto a Lucky, un pequeño gato que era su más valiosa posesión. Eran las 6:45, en 15 minutos llegaría su nueva asistente, era joven, bella y delicada; su padre era uno de los grandes magnates de la industria textil de Barcelona . -una buena pieza- pensó. Se levantó de la cama y pinto de carmín rojo sus carnosos y sensuales labios, cogió el perfume de cereza y acabo de colocarse el provocativo conjunto. 

El cu-cu de la pared anunció las 7 de la tarde con su particular melodía. La campanilla de la puerta sonó justo   al cesar de la última campanada del reloj. 




                                                                               -End of chapter I-